viernes, 6 de agosto de 2010

Historia

Dulantzi es una localidad relativamente moderna en el contexto de la Llanada, donde, parafraseando el tango, "500 años no es nada". En efecto, Alegría fue fundada como villa el 20 de octubre del año 1337 por el rey de Castilla Alfonso XI. Sin embargo, en Henaio, una colina cercana al núcleo urbano, se ubicó en la Edad del Hierro un castro que, con sus 3.000 años de historia, constituye el asentamiento humano más antiguo de la Llanada.

Al parecer, en el siglo XIV los naturales de la comarca habían poblado de manera espontánea la ladera del cerro situado frente a la aldea de Dulantzi, al otro lado del río que hoy conocemos como Alegría, cuyo nombre original ignoramos. Este valle, llamado en la época medieval Iruszaeza, de donde proviene el actual nombre Iruraiz, tenía la particularidad de que por él discurría un tramo de la calzada romana llamada Vía Trajana,iter XXXIV, que unía Burdeos con Astorga. La calzada cruzaba la cordillera pirenaica por Orreaga-Roncesvalles, llegaba hasta la Iruña de Pamplona y, de allí, enfilaba el corredor del río Arakil, euskerización del nombre latino Ara-coeli, para entrar en la Llanada alavesa y pasar por Mansio Alba (Albeniz), Agurain, Ezkerekotxa, Tulloniom (Dulantzi), Suessatio (Arkaia) y llegar a la Iruña de Beleia, antes de enfilar hacia el Ebro. Esta vía de comunicación romana siguió siendo utilizada en las épocas posteriores, hasta nuestros días. El trazado del ferrocarril Madrid-Irún discurre casi exactamente por el itinerario descrito.

fundada para cobrar impuestos Las intenciones del rey castellano al fundar Alegría eran las de aprovechar el intenso tránsito que discurría por esta calzada, por el sistema de cobrar tributos a los viajeros, especialmente si eran comerciantes que transportaban mercancías para su venta. Los pueblos del valle de Iruszaeza eran entonces, en su mayor parte, señorío de los Mendoza u otros linajes relacionados con ellos, quienes en 1332, mediante la llamada "voluntaria entrega", habían cedido al rey sus derechos jurisdiccionales, entre ellos el de cobrar impuestos. Se trataba pues, por parte del rey, de poner orden en aquella situación o, más llanamente, de que aquel pastel no se lo comieran entero los nobles, sino que lo repartieran con él. Por los mismos motivos fue fundada, prácticamente de manera simultánea, la cercana villa de Elburgo. Además del fuero, el rey concedería a los pobladores de Alegría el privilegio de celebrar mercado todos los lunes. Según consta en el documento de fundación, el rey "tuvo por bien hacer a aquella puebla villa, para que fuese mejor poblada y que sus moradores valiesen más para que puedan mejor nos servir". Las cosas claras desde el principio.

de navarra a castilla Sin embargo, Alegría no comenzó su historia con buen pie. El año 1343 fue el de la terrible epidemia de peste negra que asoló Europa y que llegó también a estas tierras. Al poco tiempo, en 1367, la guerra de los Cien Años alcanza la Llanada. El rey de Castilla Pedro I, ayudado por el Príncipe de Galés, el legendario Príncipe Negro y el rey de Navarra, Carlos II, quien así vuelve a recuperar para su reino estas tierras que le habían sido arrebatadas por los castellanos en 1200, vence a las tropas del usurpador Enrique de Trastámara, hermano bastardo del rey Pedro, al mando del mercenario francés Bertrand Duglesquin. Sin embargo en 1371 se volverán las tornas. Enrique apresará y asesinará a su hermano Pedro, arrebatándole la corona. Navarra se verá despojada de estas tierras alavesas por segunda vez.

En el siglo XV la Llanada será escenario principal de la llamada Guerra de Bandos, entre las principales familias del País, agrupadas fundamentalmente en las parcialidades de gamboinos y oñacinos, que aquí serán Guevaras contra Mendozas. Fruto de este conflicto fue el derribo en 1443 de la torre que los Lazkano, señores oñacinos de origen guipuzcoano, tenían en Alegría, por parte del señor de Salvatierra Pedro López de Ayala. Los Lazkano la reconstruyeron, para en 1501 venderla a los Reyes Católicos. Los Lazkano mantuvieron numerosos pleitos con la villa. Su torre, conocida como "la Fortaleza", se hallaba donde hoy está la Herriko Plaza. Se dice que con sus piedras se construyeron la torre de la iglesia de San Blas, la más esbelta de la Llanada, y el edificio del Ayuntamiento, postrera venganza del concejo de la villa contra los Lazkano. A mediados del siglo XIX todavía podían verse restos de aquella torre.

Dulantzi era una más de las aldeas, hoy desparecidas que rodeaban a Alegría, de cuyo núcleo urbano constituye en la actualidad un barrio, al otro lado del río. Constituyó pues un acierto desde el punto de vista histórico, la adopción por el ayuntamiento, en 1980, de Alegría-Dulantzi como denominación oficial del municipio. Su nombre hace referencia a la antigua divinidad vascona Dulanto, llamada por los romanos Tullonium, probablemente la más importante del panteón vascón, acaso junto a la diosa Mari, dada la abundancia con que aparece en la toponimia vasca. Tenemos, además de Dulantzi, Toloño en la sierra de Cantabria, Dulanto en Villabezana, el monte Dulantz en Urbasa, Durana, Durango y muchos otros.

un bosque de ermitas Según consta en el acta de la visita pastoral a Dulantzi de 1556, existían en su término quince ermitas. La mayor parte eran las parroquias de aquellas aldeas que habían quedado despobladas a lo largo de la Edad Media. Éstas eran las de San Martín de Dulantzi, que las personas más mayores del pueblo todavía pudieron conocer, las de San Román de Larraza, San Miguel de Henaio, Santa María de Larrara, San Julián de Olga, San Pelayo, donde se encontró una necrópolis del siglo VI, San Miguel de Alborkoin. Otras fueron desde el principio ermitas aisladas, como las de Santa Bárbara, Santa Marina, San Juan, Santa Cruz, San Adrián, Santa Pía, San Salvador y San Sebastián. Todas ellas se fueron arruinando a lo largo del siglo XIX. En la citada relación de 1556 no se cita la ermita de San Antonio, mencionada por Becerro de Bengoa en 1872, ni la iglesia de Nuestra Señora de Ayala, que es mucho más que una ermita y que aún podemos contemplar en todo su esplendor.

En la actualidad, Duantzi es una moderna población que, sin llegar a perder su carácter rural, ha entrado de lleno en la economía industrial. Muestra de su empuje es que haya doblado su población en lo que llevamos de siglo; en números redondos, ha pasado de 1.200 a 2.400 habitantes.

arqueología, recurso turístico Poseedora de una variada vida cultural, la villa tiene proyectos que podrían hacerla aún más atractiva. Entre ellos el de la creación de un centro de interpretación arqueológica en el castro de Henaio. Por otra parte se trabaja en la revitalización de la fiesta de la Batalla de Alegría. Además, está próxima la inauguración de un Albergue para los Peregrinos del Camino de Santiago, quienes desde tiempos medievales transitaron por la calzada romana.

Sería un buen modo de conocer el entorno diseñar un sendero de pequeño recorrido (PR) que uniese los enclaves de sus antiguas diecisiete ermitas, incluida la Iglesia de Ayala, que por sí sola merece una visita.

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